Resumen:
Los pueblos indígenas del Ecuador, como son las diez y ocho comunidades indígenas kichwas pertenecientes a la parroquia de Kisapincha en la provincia de Tungurahua, han atravesado un arduo camino para que sus voces sean escuchadas dentro de un ambiente de exclusión basado en una educación contraria a sus propias vivencias, saberes, lengua y tradiciones. Llegando así al surgimiento de la educación intercultural bilingüe como un derecho de los pueblos indígenas, el cual se encuentra regulado desde un ámbito jurídico internacional como nacional. Como resultado de tal reconocimiento, en el Ecuador se han implementado las Unidades Educativas del Milenio Interculturales Bilingües construidas dentro de poblaciones mayoritariamente indígenas.
Sin embargo, dichas disposiciones normativas y proyectos educativos llevan consigo ideales de asimilacionismo, multiculturalismo e interculturalidad, lo cual conduce a que el sistema educativo no se base en la cosmovisión propia de los pueblos; es decir que no sea acorde a su lengua, conocimientos y con materiales didácticos de la cultura indígena. De manera que, dicha normativa se convierte en quimeras alejadas de la realidad y por ende también antagónicas a la protección de un país diverso a través de la promoción de discursos hegemónicos que pretenden invisibilizar a los indígenas de sus derechos humanos.