Resumen:
Como pueblo, los huaorani representan un espejo único en el cual podemos buscar lo que significa el ser humano y el vivir en sociedad. Son menos de 2000 personas asentadas en no menos de 25 recintos (¡iguales a los dedos de tres manos y dos pies!), pero cada persona vive en carne propia la herencia ancestral de una relación extraordinaria entre los seres huaorani (en huaoterero “verdaderamente humanos”) y los seres del mundo natural y sobrenatural. La sociedad ecuatoriana, como la llamada civilización occidental, hubiera podido, pero no ha sabido, aprender de la sabiduría huaorani. Encontrarse con tal sabiduría requiere un corazón libre y abierto, un intelecto despejado, y mucho tiempo y paciencia. Requiere la participación observante y la admiración del etnógrafo.