Resumen:
La protección de los derechos de pueblos que se encuentran en situación de aislamiento -sea como una manera de sobrevivir a los bruscos efectos del contacto, o sea por un rechazo frontal a las realidades de nuestras sociedades modernas- es posiblemente uno de los mayores retos de este nuevo milenio. Este reto no implica solamente la implementación de medidas que regulen o eliminen las actividades que amenazan su supervivencia física y cultural, demanda también un profundo cuestionamiento y debate sobre lo que significa la necesidad y obligación de proteger a estos pueblos, a estos hermanos en la evolución del ser humano y de su cultura,