Resumen:
Las mujeres a lo largo de la historia han sido corresponsables y gestoras del cambio en
las familias, en los barrios, comunidades, organizaciones, instituciones, países y en el
mundo entero, sin embargo esta corresponsabilidad no ha sido reconocida pues el
modelo androcéntrico imperante asigna a hombres y mujeres roles sociales que expresan
relaciones de género asimétricas en las cuales las mujeres son objeto de discriminación y
su situación refleja subordinación, lo que genera la invisibilización de la importancia de su
rol y participación dentro de sus familias y comunidades, en el accionar social, político,
económico, cultural y ambiental de los pueblos.