Resumen:
No hay lugar en el mundo donde un profundo malestar no se manifieste frente al crecimiento de las fracturas sociales, al no respeto de la justicia, al desempleo de los jóvenes, a los abusos de poder, a la destrucción de la naturaleza. Una nueva ola de movimientos sociales se ha desarrollado y los foros sociales han permitido su globalización. Una conciencia social colectiva crece: no se puede seguir así. El tipo de desarrollo económico, con sus consecuencias políticas, culturales y sicológicas, está en el origen de los desequilibrios. Al mismo tiempo, la necesidad de soluciones se impone de manera urgente. Es el momento de plantear nuevas orientaciones y no solamente adaptaciones. Reunir las fuerzas del actuar y del pensar de cara a este fin es una prioridad.