Descripción:
En este trabajo se aborda la problemática de la representación y visibilidad de la diversidad cultural en el Ecuador. Históricamente, los grupos étnicos dominantes, blancos y blanco-mestizos, han homogeneizado y blanqueado la nación en el imaginario nacional. Tras largas luchas indígenas y afrodescendientes, la Constitución de 1998 reconoce por primera vez el carácter pluriétnico y multicultural del país y, así, oficializa la transformación del imaginario nacional. No obstante, los grupos étnicos dominantes siguen construyendo la diversidad cultural ecuatoriana de manera jerárquica y racializada. Los proyectos etnoeducativos que surgen desde los pueblos indígenas y afrodescendientes comprenden el aprendizaje-enseñanza de lo propio para luego enseñar a los otros como estrategia para democratizar la construcción del nuevo imaginario nacional. Sin embargo, los mismos proyectos educativos no están por encima de las críticas. Ellos también pueden generar estereotipos, prejuicios y discriminación de diversa índole dado el énfasis especial en las reivindicaciones culturales. En el desarrollo del presente trabajo se indaga sobre los imaginarios y representaciones sociales de género generados en el texto didáctico para la etnoeducación afroecuatoriana “Nuestra historia” (2005) a fin de poner de manifiesto la manera en que lo femenino y lo masculino son construidos de manera diferenciada.