Descripción:
Desde el último tercio del siglo XX, la ciudad de Quito ha experimentado un impresionante proceso de crecimiento y metropolitanización relacionado con una serie de factores económicos y políticos, entre ellos, el desplazamiento de moradores desde los barrios del Centro Histórico hacia otros periféricos y urbano-marginales, la migración interna desde otras ciudades y provincias del país, el desarrollo de proyectos inmobiliarios, formales o no, en zonas de baja plusvalía ubicadas alrededor del centro urbano y el proceso de descentralización administrativa implementado por el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito.
La consolidación del Distrito Metropolitano ha tenido importantes repercusiones en las parroquias rurales que rodean a la ciudad, llegando en algunos casos a transformaciones totales, afectando decisivamente sobre su paisaje (natural y social), su cultura y su vida económica y política. En otros casos, la incorporación de estas parroquias a la metrópolis se produce de forma conflictiva, pues los territorios, a pesar de estar siendo prácticamente absorbidos por la ciudad en términos espaciales, conservan considerables distancias simbólicas y culturales o experimentan una suerte de superposición de elementos de ruralidad y urbanidad. La normativa municipal debe dirigir su atención a estas parroquias, cuya realidad no corresponder plenamente a la de los barrios urbanos.