Resumen:
Las tradiciones, en contextos de fragilidades geopolíticas, se han visto afectadas por prácticas aculturizantes. Estas, unidas al consumismo y al mercantilismo, pasan, de manera silenciosa, a la trastienda del imperio monocultural. Con la Declaratoria del Patrimonio Inmaterial realizada en la convención de París, en 2003, y ratificada por Ecuador en 2005, se crea una mayor conciencia sobre la importancia de salvaguardar la memoria social, patrimonio colectivo de los pueblos. El presente texto documenta la participación ciudadana en esa tarea de cuidar saberes y prácticas que son parte de la vida cotidiana de las comunidades, ciudades, pueblos y colectivos; por tanto, parte del patrimonio inmaterial y legado cultural para las presentes y futuras generaciones. Desde la academia,