El río Napo conectaba en dos direcciones la red de comercio establecida a través de todo su curso: una hacia la sierra y otra hacia el Amazonas. Durante la época de A. Simson, para llegar al Napo desde los Andes dos eran los recorridos posibles: la ruta Quito-Papallacta y Baeza, hasta Archidona, y la ruta que desde Baños conectaba Puyo-Canelos y Ahuano, seguida por el autor. Más o menos, ambas coinciden con el recorrido de las actuales carreteras desde uno y otro punto. En ese entonces, García Moreno proyectaba además una opción desde Píllaro, pero nunca se concretó porque dejó demasiado solos a los jesuitas en semejante esfuerzo. También quedó en la nada el intento de los misioneros de un camino alternativo por las faldas del Cotopaxi a través de Valle Vicioso.