Resumen:
Educar a los niños/as pequeños implica una sabiduría y una responsabilidad que ubica a
las instituciones y a los educadores como pilares del sistema educativo, donde los
primeros años de vida trazan huellas del recorrido que la infancia transitará en su
proceso educativo, iniciando una modalidad de acercamiento al conocimiento que
influirá en sus posibilidades de aprender, de comunicarse, de expresarse. Desde este
reconocimiento, se plasma el compromiso en las decisiones y acciones, donde se
establecen las metas, los contenidos, las estrategias, las propuestas, los materiales, los
tiempos y espacios, la evaluación, donde las decisiones educativas nunca son a la ligera,
responden a un marco teórico, a un enfoque didáctico que se sustenta en una ideología
peculiar que pone en juego lo esencial y cotidiano, ya que la reflexión educativa es la
instancia que posibilita repensar, recrear, renovar esas ideas y acciones que reconocen el
valor formativo del niño/a en la etapa más fértil y vulnerable cuyo tiempo de creatividad
y espacio de pertenencia marcan a los ciudadanos del mañana.