Resumen:
En el Ecuador la Educación Intercultural Bilingüe, se institucionalizó y reconoció
oficialmente en el Ministerio de Educación y Cultura como una instancia autónoma, con
rango de Ministerio para la Educación Indígena, gestionada, administrada y ejecutada por
los Pueblos Indígenas. Es el espacio desde el cual ha sido pensada la interculturalidad.
El presente estudio presenta una perspectiva de lectura de esos textos y sus enfoques, la
forma como han sido interpretada la interculturalidad y de cómo la palabra
interculturalidad ha ido a fuerza de la retórica vaciándose de significado.
La década del noventa, es en la que más y mayores textos se han producido, refiriéndose
a la interculturalidad como estrategia de reconocimiento de los derechos, en demanda de
una mejor democracia y el imperativo de equidad. Los espacios discursivos de este tema
han tenido también distintos énfasis encontrándose entonces distintos enfoques a la
interpretación de esta categoría cultural.
Los enfoques que los “expertos” en EIB dan a la interculturalidad, que respondían a un
proyecto educativo y de promoción indígena, el PEBI-GTZ, son ciertamente los que se
difunden y se generalizan en los actores de la EIB, para desde allí también incidir en los
discursos políticos de los movimientos indígenas. Actualmente se lo incorpora a los
planes de gobierno –local y nacional-, se lo convierte en política en los Proyectos de
Desarrollo y nuevos movimientos sociales. Bajo esa perspectiva.
Los enfoques teóricos de los autores orientan a una mejor comprensión de esta categoría,
a comprender que la interculturalidad tiene que sustentarse en la teoría de la cultura y que
no se relaciona ni es una categoría con la que se rigen las cuotas de participación social.
Es la posibilidad de crecer en la humanidad, todos entonces indistintamente de nuestra
identidad cultural estamos en la posibilidad de dar valor y sentido a nuestra cultura y en
la relación con el otro es que se explica la interculturalidad. En la relación con el otro el
reconocimiento no solo como sujeto diferente sino como proveedor de nuestras
identidades es la posibilidad de superar la extensión del multiculturalismo como modo de
vida que propone la Globalización